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viernes, 7 de diciembre de 2012

EPAGNEUL BRETÓN


EPAGNEUL BRETÓN

EPAGNEUL BRETÓN

GRUPO

7

SECCIÓN

Sección 1: Perros de muestra continentales

NACIONALIDAD

Francesa

TALLA

Altura de 57 a 60 cm. a la cruz en los machos, un poco menos en las hembras.

PELO

Debe ser fino, no sedoso. Es liso o ligeramente ondulado sobe el cuerpo, nunca erizado. Es raso sobre la cabeza y la cara anterior de los miembros. Las extremidades posteriores presentan un pelo abundante, con un flequillo que disminuye progresivamente de longitud hasta el carpo y el tarso, y aún por debajo.

COLORES

Pelaje “blanco, naranja”, “blanco y negro”, “blanco, marrón”, con parches de color diferente más o menos extendidos, de franjas irregulares. Pelaje pío o roano que a veces es moteado sobre la caña nasal, los labios o los miembros.

COLA

De inserción alta, se presenta en forma horizontal o ligeramente colgante. El perro la mueve a menudo cuando está atento o en acción. Puede nacer anuro.

OREJAS

De inserción alta; son de forma triangular, bastante anchas y más bien cortas. Están parcialmente cubiertas de pelos ondulados y siempre en movimiento cuando el perro está atento o en acción.

CRÁNEO

Ovalado, relativamente amplio, sin que sobresalgan los parietales; el hueso occipital ligeramente pronunciado.

OJOS

Son ligeramente oblicuos. Su expresión es dulce, inteligente y franca. Ambos oscuros en armonía con el manto.

NARIZ

Amplia, con ventanas bien abiertas. Su color armoniza con el pelaje, así como con el borde de los párpados y orificios naturales.

PECHO

Desciende hasta la punta del codo. Es amplio, de costillas suficientemente redondeadas, sin ser cilíndricas. El esternón es ancho y no se levanta mucho hacia atrás. Las últimas costillas son largas y flexibles.

MIEMBROS ANTERIORES

Bien aplomado. Las articulaciones son flexibles y robustas. Con brazos anchos, gruesos, de músculos salientes.

MIEMBROS POSTERIORES

Vistos desde atrás, son paralelos y están bien aplomados. El corvejón es delgado y de tendones aparentes.

PIES

Son más bien redondeados. Los dedos están juntos. Los posteriores pueden ser algo más largos.

Epagneul Bretón

EPAGNEUL BRETÓN

• CRONOLOGÍA MODERNA

Desciende de los pequeños epagneul repartidos por Finistère, la Côtes-d’Amor y Ille-et Vialine, con aportación de sangre de setter inglés. El primer sujeto de la raza fue presentado en París en 1896. Un lote de cría expuesto en 1907 causó grata impresión, interesándose desde entonces los aficionados por la nueva raza. 1907 fue un año señalado para el epagneul bretón: se fundó en Laudéac el primer club de raza. En 1908 se redactó su primer estándar y la Sociedad Central Canina francesa reconoció oficialmente la raza. Los primeros bretones llegaron a Estados Unidos en 1936. Tras la II Guerra Mundial la raza se extendió por toda Europa, sin embargo no llegaron a Inglaterra hasta 1982.

• CARÁCTER

Este perro reivindica una doble vocación de cazador y de compañía. En la casa se comporta obediente, alegre, amigo del juego y sociable. Esto le hace el perro ideal del cazador que vive en la ciudad. En el campo, sobre el cazadero, se transforma en un animal corajudo, voluntarioso y fácil de adiestrar. Dotado de muy buena nariz y activo en la caza. Cuando caza se muestra alegre, vivaz y confiado, infundiendo confianza y ánimo al cazador, aunque no se encuentren piezas.

• UTILIZACIÓN

Es el más difundido de los perros de muestra franceses y una de las razas más populares del mundo entre todas las de perros. En competición ocupa con frecuencia las primeras plazas en los field trials, pues se han seleccionado líneas muy satisfactorias para esta actividad deportiva. En el campo lo caza todo y en todos los terrenos. Como cobrador es muy apreciado, e incluso se le ha utilizado exclusivamente en funciones de retriever. En definitiva, un estupendo perro para caza menor con una gran vocación becadera. Como dice su estándar de trabajo, su búsqueda es inteligente, metódica, sin ser mecanizada, demostrando que el perro caza “permanentemente”, adaptándose a la naturaleza y a la configuración del terreno para continuar constantemente en contacto con su conductor.

• MANEJO PRÁCTICO

Es conveniente realizar una inspección periódica del manto, especialmente después de una jornada de caza, sobre todo en los lugares donde el pelo es más largo y en la base de las orejas, para descubrir eventuales espigas o parásitos. Como tiene tendencia a engordar debe vigilarse la alimentación; en un ejemplar adulto la ración de mantenimiento está comprendida entre las 960 y las 1.060 kilocalorías diarias, pero para los ejemplares sometidos a intenso ejercicio durante los periodos de caza debe duplicarse esta cantidad con un aumento en la dieta de proteínas sobre hidratos de carbono.

 Bretones, la alegría en la caza

No hay un perro de muestra más donoso, alegre y divertido en el campo que el epagneul bretón, perro de contextura fuerte y de enorme vitalidad. Cierto que es más lento que el setter o el pointer, pero lo que pierde en velocidad lo gana en técnica y método, y desde luego no es un perro lento, pues recordemos que es el más veloz de los continentales, con una búsqueda amplia y metódica.
Hablar de sus portentosas cualidades cinegéticas puede parecer un tópico, pero ejerce su trabajo sobre la caza menor de pluma y pelo con precisión. La codorniz del estío, la becada invernal o la perdiz más batalladora no tienen secretos para este completo perro que destaca con igual soltura sobre la liebre y el conejo. Caza con energía insólita para su reducido tamaño, batiendo el cazadero con rapidez, la cabeza en alto, pura tensión nerviosa y potencia muscular. Sabe buscar con inteligencia, muy útil para el cazador a mano, y su olfato cumple con creces lo que cualquiera pediría para la codorniz o la perdiz roja.

EL PERRO DEL SIGLO

El 2008 fue un año importante para la raza, ya que se ha cumplido el primer centenario de la redacción de su estándar. Para celebrar tan importante fecha, el Club francés editó un número especial de su revista en formato de libro, muy recomendable para mitómanos y verdaderos apasionados de la raza, por la gran cantidad de documentos y fotografías inéditas que contiene. A mediados del siglo XX, hace ya más de cincuenta años, el club promocionaba la raza con el eslogan “El perro del siglo”. Ahora, cuando se celebraron estos primeros cien años de historia moderna, podemos asegurar que la frase fue un acierto. Si hay un perro de muestra que haya marcado poderosamente la caza de este periodo histórico, ése ha sido el sencillo pero noble epagneul bretón.
Pierre Megnin, veterinario y cinólogo, publicaría en las columnas de la revista ‘L’Eleveur’ numerosas descripciones y comentarios sobre los primeros estándares de perros de todas las razas francesas, incluido el epagneul bretón, que estableció su primer estándar el 3 de septiembre de 1907 y su modificación y aprobación definitiva se produjo el 7 de junio de 1908. Es un periodo histórico muy rico en la cinología francesa. En la revista aparecen artículos colectivos resultado del trabajo conjunto de algunas de las personalidades más significativas del mundo del perro, como Ronan de Kermadec para el epagneul bretón, o James de Coninck sobre el epagneul francés. Kermadec escribió uno de los primeros libros sobre el bretón, editado en París en 1936, y es el autor de las modificaciones del estándar primitivo en 1938. Muy interesante es también el prólogo de Kermadec al libro que en 1937 publicó R. Munsch con el título ‘L'Epagneul Breton - Historique, Charactéristiques, Elevage’.
En estos años el estándar ha sufrido algunas modificaciones, pero siempre de orden secundario, como la alzada y sus máximos. En todas las razas que se estandarizaron a comienzos del pasado siglo se ha hecho necesario modificar este apartado, pues una buena alimentación y los cuidados veterinarios han incrementado el tamaño de todas ellas. Lo mismo ocurre con las personas, y si no fijémonos en la alzada media del español en 1940 y la actual altura de la juventud. El primitivo estándar fijaba una alzada de 56 centímetros, lo que despertó acaloradas controversias con los defensores de un perro de menor talla, quienes aducían que esa alzada era el resultado de los cruzamientos con setter ingleses habidos décadas atrás para darle velocidad. La polémica se mantuvo viva y es fácil encontrar testimonio de ella en ‘L’Eleveur, Revue Cynégétique et Canine’. Las discusiones cesarían cuando en 1938 se optó por una alzada a la cruz de 48-50 centímetros en los machos y un centímetro menos en hembras.

ALGO DE COLOR

Tampoco el color del manto estuvo en sus inicios alejado de polémicas, pues no eran extraños en la Bretaña los epagneul negros o hígado con blanco, colores que no gustaban en París. El primitivo estándar de 1907 incluía entre los colores admitidos el negro, pero la Société Centrale Canina -SCC, la canina francesa- obligó al Club a retirar el color negro. Es posible que el motivo no fuese otro que la falta de autoridad que por entonces tenían los aficionados al bretón, raza muy nueva, frente a otros epagneuls como el français o el picardie. Los aficionados al epagneul fraçaise, liderados por James de Coninck, que habían establecido su club años antes, en 1896, alegaron que el negro no era un color propio de los epagneuls. El prestigio de James de Connick era fortísimo y se impuso su voluntad. De hecho, para aceptar oficialmente al bretón como raza, se estableció un comité o comisión científica presidida por Connick y compuesta, entre otros, por cinólogos como Megnin, Fleury, Hugueto o Truettel, ligados al mundo de los epagneuls, pero sin compromiso con el bretón.
El error de rechazar el color negro se perpetuó hasta 1956, lapso de tiempo en que el epagneul français se convirtió en una raza minoritaria en tanto que el bretón llegaba a ser el perro más popular de los cazadores franceses. Hizo falta la llegada de Gaston Pouchain a la presidencia del club en 1956 para que las cosas cambiasen. Pouchain, que hizo famoso su eslogan “un perro con el máximo de calidad en el mínimo tamaño”, consiguió que la SCC admitiese el color negro en el estándar. El primer bretón campeón de Francia negro fue “Gitane des Bords de L'Isle”, hembra criada por Henri Bousquet.

PERRO CUADRADO

Como todos los perros galopadores, el bretón debe inscribirse en un cuadrado y así lo recoge el estándar: “La longitud escápulo-isquial es igual a la altura a la cruz (el cuerpo tiene forma de un cuadrado)”. El galopador debe recorrer grandes distancias con buena velocidad. Su estructura física se inscribe en el cuadrado con la finalidad de minimizar el esfuerzo de recogerse sobre el tren posterior en el galope. Podemos decir que entre velocidad y resistencia, el galopador dará siempre prioridad a la velocidad. La inclinación del metacarpo es moderada, como consecuencia de esa prioridad de la velocidad. También pide el estándar una espalda recta y grupa muy levemente inclinada.
El galope es una marcha tremendamente fatigosa, es caminar a saltos. En el bretón encontramos un galope de tres tiempos conocido como galope medio, dos miembros moviéndose separadamente y dos en diagonal, y el galope puro, que se realiza en cuatro tiempos, uno de ellos en suspensión, sin que las extremidades del perro toquen el suelo. Cuando el bretón caza en el campo a todo ritmo el tiempo de suspensión es notablemente prolongado; es el galope volado, aunque generalmente lo veremos desplazarse en un galope medio, con menor consumo de energía y menos cansado, con un tiempo de suspensión menor y un apoyo de las patas traseras y delanteras casi simultáneo. El cruce de las patas traseras y delanteras es menor e incluso inexistente.
El bretón al galopar está inmerso en un proceso de producción y consumo de energía. Las extremidades traseras generan energía empujando al perro hacia el frente y hacia arriba y esa energía es consumida por las extremidades delanteras cuanto tocan tierra. Las extremidades delanteras actúan como amortiguadores, absorbiendo la energía del impulso y reconduciéndola hacia el cuerpo, que se ve proyectado hacia el frente y el perro avanza. El movimiento es diferente en cada raza y por ello se considera un elemento definidor de la tipicidad. El bretón tiene una forma de moverse propia y característica que le define y diferencia de otros perros de muestra.

ORÍGENES MODERNOS

En 1896 se presentó en el Jardín Zoologique d'Aclimatación de París, donde tenían lugar las exposiciones caninas, un ejemplar de epagneul bretón en la clase de “epagneul diversos”, propiedad de M. de Camburg, vizconde de Pontavice. En 1904 la raza vuelve a aparecer en exposiciones cuando el señor Patin expone un macho blanco y marrón. Finalmente, en 1907, un lote de cría formado por varios ejemplares despertó gran interés entre los cinófilos.
Ese mismo año se fundó en Laudéac el club denominado “Club de Epagneul Bretón de cola corta”. La raza sería reconocida por la Sociedad Central Canina francesa el 31 de mayo de 1907, aunque el primer ejemplar registrado en los libros genealógicos lo había sido mucho antes; se trataba de “Boy”, un macho tricolor nacido el 8 de febrero de 1901. El veterinario Grand Chavin redacta el primer estándar racial, que aprobado por Arthur Enaud, presidente del Club, fue ratificado en la asamblea de la asociación del 7 de junio de 1908. El estándar definitivo se debería al gran especialista Ronan de Kermadec, quien procedió a su redacción en 1938. Para De Kermadec la creación de la raza tuvo que producirse en las perreras del vizconde de Pontavice, aficionado a la caza de becadas y destacado importador y criador de setters de Gran Bretaña. Al parecer cruzó una hembra setter de manto limón con uno de los epagneuls de su guarda de caza. En la camada nació una hembra blanca y naranja que el vizconde se reservó y que sería el origen de la raza epagneul bretón.
La mayoría de los ejemplares nacían anuros y hasta 1933 sólo eran reconocidos como epagneul bretón puros los sujetos que presentaban esta peculiaridad. Desechar esta falsa creencia suscitó serias discusiones, pues eran numerosos los aficionados que opinaban que los sujetos con cola favorecían el incremento de sangre extraña, especialmente de setter. No podemos olvidar que hasta 1900 se produjeron diversos retemples de sangre con setter, ni de la trayectoria del vizconde de Pontavice como criador de esta raza.

LOS 10 MANDAMIENTOS DEL BRETÓN

1. Se adapta a cazar en todas las circunstancias climáticas y en todo tipo de terrenos, desde el bosque cerrado y húmedo hasta los secarrales toledanos o la serranía andaluza.
2. Cuando caza se muestra alegre, vivaz y confiado, infundiendo confianza y ánimo al cazador, aunque no se halle caza. Sus correteos, el continuo ir y venir, los zigzagues y vueltas, que a quien no conozca la raza le pueden confundir haciéndole creer que encontró una pieza, cuando son sólo una expresión de su vital modo de cazar, hacen las delicias del cazador aficionado a este perro.
3. Caza con energía inusitada para su reducido tamaño, con rapidez, batiendo el cazadero con la cabeza en alto, mostrando que todo él es pura tensión nerviosa y potencia muscular.
4. Sabe buscar con inteligencia, por lo que es muy considerado por los cazadores a mano, y aunque su olfato dista mucho de la agudeza de las razas británicas, cumple con creces lo que cualquier cazador exige para la codorniz, la perdiz roja o el conejo.5. Muestra con firmeza, siendo el único epagneul que hace tal cosa, y aunque su muestra no sea tan espectacular como la de los británicos, tiene la misma fijeza. Su parada es con la cabeza bien alzada, captando las emanaciones de la pieza que señala al cazador. Entonces vemos su cuerpo tenso vibrar ante la emoción, de modo que casi juraríamos que contiene la respiración para no romper el encanto de ese momento mágico.
6. Tiene de natural el instinto de cobrar, por lo que no precisa el trabajo de adiestramiento que a veces nos exigen los británicos. Magnífico cobrador, buscará con insistencia la pieza abatida, venteando con el hocico al suelo en busca del rastro si la pieza huyó herida, para cobrarla finalmente y entregársela a su amo.
7. Carácter suave que exige un adiestramiento igualmente suave, pudiéndose venir abajo si se le fuerza.
8. Es un perro  de caza completísimo en todos los aspectos, superando en esa polivalencia para la caza menor incluso a razas germánicas muy acrisoladas.
9. Por su manto el calor excesivo puede dificultar su rendimiento, obligando al perro a beber con frecuencia.
10. Se ha bastardeado mucho en España, especialmente con setter y cocker ingleses. Es siempre recomendable adquirirlo en un criadero de prestigio o a través del Club de la raza.

   
 

4 comentarios:

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