Conoces a tu perro?

Conoces a tu perro?

¿Cómo es tu perro? ¿Es un dulce labrador? ¿Un vago gran danés? ¿Un enérgico pastor alemán? ¿O un ruidoso yorkshire?

Muchas veces habrás oído decir algo sobre tu perro, comentarios inherentes a su raza. Gente que no te conoce de nada te habla por la calle cuando lo paseas, y aluden a su raza diciendo que ladra mucho, que necesita mucho ejercicio, o mucha disciplina.

Hay muchas personas que se ofenden ante estos comentarios. Cada vez hay más que dicen que un perro no es una raza, sino solo eso, un perro. Que cada individuo tiene su propia personalidad y sus propias necesidades.

En este asunto yo, como adiestrador canino, puedo decir que ambas partes de la discusión tienen razón.

Tu perro es tu perro y tiene sus necesidades propias. Conocí hace no mucho a pug; se supone que los pug son perros vagos, perros que prefieren estar acostados y no hacer nada. En cambio este en concreto era un pequeño terremoto que no paraba quieto nunca. ¿Contradictorio? Tal vez. Pero la cuestión era que, aunque por raza tendría que ser vago y tranquilo, su personalidad era enérgica y dominante.

Como este ejemplo hay un ciento. Puedes encontrarlos en cualquier parte. No todos los labradores son dulces y cariñosos; ni todos los pastores alemanes son enérgicos.

Pero aunque a algunos no les guste, los genes tienden a empujar a un perro hacia un rasgo u otro. No significa que tu chihuahua tenga que ser a la fuerza un perro chillón, pero es probable que tenga una mayor tendencia a ladrar que, por ejemplo, un bichón maltés. Y eso es un hecho.

Para educar a tu perro tienes que conocer su personalidad, como es natural, pero nunca está de más saber cómo adiestrar correctamente a esa raza. ¿Qué pierdes, al fin y al cabo, por disponer de más información al respecto? Nada, ¿verdad?

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