Traductor de Pagina

Translate

lunes, 3 de diciembre de 2012

Como Adiestrar a tu Perro


PODENCO CANARIO

Podenco canario

podenco canario

GRUPO

5

SECCIÓN

Sección 7. Tipo primitivo. Perros de caza.

NACIONALIDAD

Española.

TALLA

Para los machos: de 55 a 64 cm. y para las hembras: de 53 a 60 cm.

PELO

Liso, corto y apretado.

COLORES

Preferentemente rojo y blanco, el rojo puede ser más o menos intenso llegando del naranja al rojo oscuro (caoba).

COLA

Redondeada, desciende algo más baja que el corvejón. Caída o llevada en forma de hoz.

OREJAS

Grandes. En atención se levantan erguidas, ligeramente divergentes. Las echa para atrás en reposo.

CRÁNEO

Más largo que ancho, plano, con hueso occipital prominente.

OJOS

Oblicuos, almendrados y pequeños. De color ámbar más o menos oscuros y dependiendo su intensidad del color de la capa.

NARIZ

Ancha, color arena, armonizado el color con el pelaje, fosas nasales algo abiertas.

PECHO

Con esternón no saliente, bien desarrollado, pero sin embargo no llega al codo. Costillas ovaladas.

MIEMBROS ANTERIORES

Perfectamente aplomados, rectos, verticales y paralelos, de finos pero sólidos huesos.

MIEMBROS POSTERIORES

Aplomados, rectos, fuertes, musculosos, corvejón más bien alto.

PIES

Pies rectos, de gato, con almohadillas fuertes y ligeramente ovaladas. Sin presencia de espolones.

Podenco canario 

podenco canario

• CRONOLOGÍA MODERNA

1980.- Un grupo de cazadores inicia las primeras concentraciones de ejemplares de la raza. 1982.- Presentación de la raza en el Simposium de Razas Caninas de Córdoba. 1982.- Mes de abril, fundación del Club Español del Podenco Canario. 1984.- Reconocimiento de la raza por la Sociedad Canina de Madrid (RSCE). 1987.- Reconocimiento de la raza por la Federación Cinológica Internacional.

• CARÁCTER

Valiente, nervioso, inquieto e irradiando dinamismo. Noble, nunca agresivo. Soporta estoicamente las más rigurosas jornadas sin la menor fatiga.

• UTILIZACIÓN

Se le emplea para la caza del conejo y se adapta perfectamente para este fin a las múltiples variaciones del terreno, utilizando su prodigioso olfato así como la vista y el oído.

• MANEJO PRÁCTICO

Las necesidades alimenticias como ración de mantenimiento se sitúan entre las 870 y 960 Kcal. diarias para los machos y unos 100 Kcal. menos para las hembras. Los ejemplares que son utilizados para la caza, deben recibir una aportación diaria doble a la de los valores señalados.

Podenco canario

El podenco canario es una joya única producida por la insularidad y el especialísimo ecosistema canario. Es un perro fuertemente adaptado a la caza sobre terreno volcánico, el cual impone unas durísimas condiciones a los perros. En este escenario no tiene rival, pero además es un perro de caza, que se adapta a cazar en otros ecosistemas.
La historia antigua de Canarias se vio condicionada por su peculiar característica geográfica, que le imponía de un lado el aislamiento propio de su insularidad, y de otro su condición de escala en la derrota de las naves que desde antiguo comercian en el Mediterráneo y se aventuran bordeando la costa africana hasta los límites del Atlántico. La consecuencia es una notable dificultad para datar históricamente la llegada del perro al Archipiélago. ¿Procedían de África los primitivos perros del Archipiélago? ¿Se trataba de animales asilvestrados? ¿Llegaron de la mano de los primeros pobladores? ¿Tras la conquista española, qué tipos de perros fueron llevados a las islas? Preguntas que aún aguardan respuesta, pero lo indudable es la gran afición de los canarios por los perros, que se deduce del buen número de razas caninas que atesoran las Islas. Las tienen para la caza como el podenco canario y el enano de El Hierro, de pastoreo como el majorero, el garafiano y el lobito herreño, de guarda como el presa (dogo) canario, tipo terrier como el ratonero palmero, y hasta de compañía como el faldero (bichón) de Tenerife.
Se han buscado varias etimologías a la palabra “Canarias”, pero la que mayor crédito recibe es aquélla que la relaciona con los numerosos canes que poblaban las Islas. Chil y Naranjo (una de las figuras fundamentales de la cultura canaria del siglo XIX), en sus memorables ‘Estudios canarios’, escribe: “En la época en que llegó Juan de Bethencourt, en 1402, la Gran Canaria poseía todavía muchos perros. Bontier y Le Verrier les califican de perros salvajes”. Efectivamente, los cronistas de la conquista de Canarias citan que los aborígenes se acompañaban de perros. En los textos conocidos como ‘Le Canarien’ se describe a los aborígenes acompañados de varios animales domésticos: cerdos, cabras y perros “que parecen lobos, pero son más pequeños”. ‘Le Canarien’ es la crónica de la expedición normanda de 1402 a la isla de Lanzarote, escrita por Pedro Bontier y por Juan Le Verrier, respectivamente capellanes de los capitanes Juan de Bethencourt y Gadifer de la Salle. El documento es la primera documentación escrita sobre la conquista de Canarias. Estos perros bien pudieron ser podencos, considerando que los lebreles asirios desplazaron a los podencos faraónicos hacia el oeste.
Todo hace del podenco el perro más apropiado para ser considerado salvaje. Es un animal apegado al medio, autosuficiente al poder cazar por sí mismo y capaz de cazar en jauría creando un estrecho nexo de unión con sus semejantes, lo que le dota de independencia respecto al núcleo humano. Son muchos los testimonios de viajeros ingleses y centroeuropeos que ven en los podencos mediterráneos animales salvajes antes que perros domésticos. El alemán Hacklaender, en 1850, escribe: “En la Europa meridional no viven los perros como en nuestro país. Pululan por las ciudades o pueblos y recorren sus calles, aunque sin penetrar nunca en las casas, y sus dueños rara vez les dan de comer, con lo que ellos deben procurarse el alimento practicando la caza”. Y el británico Howell, por las mismas fechas, dice que los podencos tienen “el aspecto repugnante, el pelaje áspero y un color rojo sucio, con las orejas erguidas. Cuando se hallan en el interior de sus domicilios estos perros salvajes se muestran desconfiados y recelosos, sobre todo con los extranjeros”. El podenco encontró en Canarias un clima benigno y soleado, circunstancias que le permitieron sobrevivir sin el contacto protector del hombre. Y fueron podencos asilvestrados aquellos perros, más pequeños que lobos, que contemplaron los cronistas extranjeros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario