Viajar al cazadero con nuestro perro en automóvil
Manuel Lázaro nos ofrece algunos consejos para el momento de viajar con nuestro perro de caza en el coche, ya sea para ir al cazar o en cualquier otro tipo de desplazamiento, de manera que nuestro auxiliar cinegético viaje cómodo y seguro.
Los remolques o las jaulas que se adaptan directamente encima de las “bolas” de enganche son dos modos extendidos de transportar a nuestros perros. Si optamos por hacerlo dentro del habitáculo, existen jaulas especialmente diseñados para los viajes.
Aquí nos ocuparemos del transporte de los perros de caza que comparten nuestro hogar, aquellos que son además animales de compañía y que por tanto comparten “nuestro automóvil”. Además del transporte necesario durante la temporada de caza, muchas personas viajan con sus perros los fines de semana o periodos vacacionales, aprovechando el tiempo de ocio para disfrutar de la naturaleza fuera de la actividad cinegética.
Nunca sueltos en el habitáculo
A diferencia de la extensa regulación del transporte de otros animales domésticos, existen pocas normativas que afecten a los viajes de los perros en vehículos particulares. Sólo hemos encontrado una prohibición de la Dirección General de Tráfico que no permite que viajen sueltos por el interior del automóvil; en ella se indica que deben viajar introducidos en jaulas, o separados del conductor mediante algún dispositivo o atados de forma segura. Además de la imperativa necesidad de separar al animal del conductor para evitar accidentes, daremos unas normas que nos ayuden a viajar en las mejores condiciones.
Entre los dispositivos de contención disponibles actualmente en el mercado nos encontramos con jaulas especialmente diseñados para los viajes (también válidos en transporte en avión, tren, etc.). Existen tamaños apropiados a todos los animales, desde perros pequeños hasta animales de gran tamaño. En el caso de animales pequeños (teckel, jagd terrier) es sin duda una buena opción, pues si están acostumbrados, viajan más relajados, se marean menos y evitan todo tipo de distracciones al conductor.
En el caso de animales de mayor tamaño y, excepto que dispongamos de maleteros muy amplios (grandes todoterreno o uno de los populares monovolumen), tendremos que recurrir a otros sistemas. El perro puede viajar tanto en los asientos posteriores (nunca en el delantero), como en el maletero, si éste tiene unas dimensiones suficientes. En el caso de viajar en el portaequipajes, tratándose de un vehículo ranchera, en donde las condiciones son las mismas del habitáculo de las personas, será imprescindible poner algún tipo de barrera que lo separe; pudiendo emplearse redes, que son engorrosas de colocar y poco eficaces con animales nerviosos, o mejor rejillas rígidas especialmente ideadas para este cometido, prácticas y fáciles de adaptar.
Si el maletero es independiente del resto del vehículo (modelos berlina), resulta mucho menos apropiado para el transporte de animales y será imprescindible utilizar un dispositivo de cierre del maletero que permita dejar una apertura de ventilación de unos pocos centímetros (existen dispositivos especiales para este cometido en el mercado). En el caso de compartir espacio con el equipaje, éste debe ir perfectamente sujeto de forma que se evite cualquier molestia o accidente al desplazarse y golpear al animal. Si preferimos que viaje en el asiento, la mejor opción son los arneses de sujeción adaptados a los cinturones de seguridad, pues, además de evitar el desplazamiento del animal, le protegen en caso de accidente.
Remolques y carry-packs
Existen otras opciones más populares entre profesionales de los perros, pero que también utilizan muchos particulares, como son los remolques o incluso jaulas que se adaptan directamente encima de las “bolas” de enganche. Cualquier dispositivo de este tipo puede resultar idóneo si técnicamente está bien concebido, tanto para garantizar la seguridad del animal como su bienestar. Los remolques deben poseer un piso antideslizante, cómodo y fácil de limpiar; el vehículo deber estar bien ventilado y aislado térmicamente, pues al estar habitualmente construidos de metal, resultan fríos en invierno y muy calurosos en verano. Un aspecto importante es la suspensión de estos, así como circular a velocidades moderadas, pues no es raro ver en circulación remolques que van literalmente botando por la carretera con las consiguientes molestias y riesgo para los animales.
Relax y pausas durante el trayecto
Durante el viaje debemos intentar que el animal viaje lo más relajado posible, sin excitarse con juegos o asomándose por las ventanillas. Es importante evitar que los animales puedan sacar la cabeza por las ventanillas ya que, además de un gran peligro, es una fuente de otitis, rinitis y conjuntivitis. Será conveniente hacer una parada cada 2 ó 3 horas, según la duración del viaje, con el fin de ofrecer un poco de agua al perro, permitirle dar un paseo y hacer sus necesidades. No olvidemos llevar a mano un bebedero y una botella con agua para poder ofrecérsela con facilidad, sin tener que “desarmar” todo el equipaje, así como la correa para pasearle sin riesgo de provocar un accidente.
El mareo es un proceso frecuente en los animales de compañía, siendo más evidente en los cachorros, y al igual que sucede con los niños; en muchos perros desaparecerá con la edad. Existen productos contra el mareo que nuestro veterinario puede prescribir, los tranquilizantes tienen el inconveniente de no estar indicados para viajes cortos o de ida y vuelta en el día, ya que sus efectos duran al menos 6 u 8 horas; aunque disponemos también de productos contra el vómito, seguros y eficaces. El acostumbramiento gradual desde edades tempranas y la identificación del vehículo con algo positivo (paseos campestres, al parque o de vacaciones), ayudará a evitarlos; siendo muchos los perros que literalmente disfrutan con los viajes en automóvil. Si de todas formas nuestro perro se marea, el introducirlo en una jaula sin moverse por el vehículo asomándose por las ventanillas, contribuirá a evitarlo; así como viajar en ayunas. Un buen paseo previo al viaje ayudará a que el animal, fruto del cansancio, viaje más relajado e incluso se duerma.
Es imprescindible durante los viajes que llevemos toda la documentación sanitaria de nuestra mascota, ya que es posible que la autoridad competente en algún momento pueda solicitárnosla. En general, es necesario que el animal esté correctamente identificado (microchip) y que llevemos un documento que lo acredite; además deberemos llevar la cartilla Sanitaria con todas sus vacunas y tratamientos preventivos actualizados. Si poseemos un Seguro de responsabilidad civil de nuestro perro, algo muy recomendable, no olvidemos llevarlo también durante los viajes. En el caso de desplazarnos a otro país será necesario consultar en el Consulado los requisitos para introducir animales, siendo importante llevar como mínimo un Certificado de salud expedido por nuestro veterinario, en las fechas previas al viaje.
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